La tumba de Cortázar
Julio Cortázar necesitaba una tumba para cumplir con las formalidades de la muerte. Para no dislocar con su inmortalidad el raciocinio humano. Se dice, aunque yo no logro descifrarlos, que hay guiños al respecto en el cuento “El inmortal” de Borges, quien conocía perfectamente esta cuestión de la infinitud de Julio. Es que en realidad esto no es ningún secreto en aquellos círculos en los que se interpreta correctamente todo lo que implica ser un “cronopio”.
Pero lo cierto es que, mientras Julio hace de difunto, hay muchos que visitan su tumba y cuentan curiosas historias al respecto. La mejor, sin duda, es la que nos narró el viernes pasado Leonardo Valencia Assogna, en un café guayaquileño.
Resulta que Don Leo en uno de sus pasos por París visitó el cementerio de Montparnasse, donde yace la célebre tumba. Yo sé que Leonardo fue solo para constatar lo que él bien sabía: si ese nicho es medido, se evidencia que es imposible que Julio esté allí dentro, dada la largura de sus piernas. Sin embargo, de esto nada nos comentó, creo que porque pensó que no estábamos preparados para saberlo. Más bien, como una cortina de humo, nos distrajo con una historia maravillosa, que parecía un relato apócrifo de mi libro preferido de Cortazar: Historias de Cronopios y de Famas.
Nos dijo que encontró el nicho tapizado de papelitos, pues todos los visitantes realizan el ritual de redactarle al menos un mensaje a Julio. Evidentemente, Leonardo se entregó a la tentación de fisgonear aquellos escritos. Y comprobó que se trataba de textos llenos de devoción y melancolía, aclamando al gran maestro. Así siguió Leonardo, hasta desdoblar con mucho cuidado y delicadeza un papelito que parecía cerrado con el mayor esmero y que contenía una escueta frase: “¡Vos qué cuernos hacés leyendo la correspondencia de Julio!”.
7 Comments:
AY! Eres un geniecillo, de donde sacas estas cosas? Que paso con la pandilla riocentro shopping center agogo?
P!
ajajajaj, ya escribiré sobre ese team, que era de lo más zooreal....
y tú eras la única mujer integrante!
G.R.A.
estás insinuando que julio es tan grande que, hoy, al termino de agosto, ¿el hombretón aún no cabe en su tumba?? ;) Que quieres que me detenga a ver por las avenidas a cada barbado, para ver si es él, hecho el elvis dándole la cortazar al mundo en sus ochenta? Pues funciona estupendamente el post, eh, frótate las manos nomás, jaja, y síguele en esta autopsia.
Desde varios puntos del planeta; Santiago de Chile, San Diego California, Buenos Aires Argentina, Licorera de la kennedy (Omar); Estadio George Capwell; Estadio Casa Blanca (tu pana moises candelario); barcelona - espana (maxi Lopez ) estamos esperando ansiosamente un blog sobre la pandilla.... creo (sin temor a equivocarme) que sera un best seller de los blogs.
Recien llevena,.
R & L
Qué pena no ser guayaca y no tener puta idea de lo de la pandilla. Ha de ser interesante ¿no?
Yo, como decía en otro comment el otro día, a lo que le tengo miedo es a la pituitaria. El desorden hormonal que produjo el gigantismo de Cortazar salió de esa gládula situada en la parte posterior del cerebro. (¿O ahí está el hipotálamo?)
Si sobrevivo, yo espero con ansias la llegada del migrante intelectual, Leonardo Valencia acá a Quito. No sé ni bien por qué, ¿será acaso que tengo una adolescente intención de preguntarle sobre alguien que ambos conocemos?... Sólo he leido un libro suyo y un cuento que me piratié cual hacker, un cuento que nadie ha leído aún....
Vuelvo a Cortazar. ¿Sabían que hay el mito de que aún sigue creciendo en su tumba, después de muerto? Si las uñas y el pelo crecen, por qué no los huesos...
Yo conozco unos y unas cuantas que quiseran tener esa enfermedad... Ay paisito en busca de la belleza perdida...
El cuento dalila, lo has leido tu, al menos.
la pituitaria queda en la frente.
protagoras
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