Wednesday, August 30, 2006


La tumba de Cortázar

Julio Cortázar necesitaba una tumba para cumplir con las formalidades de la muerte. Para no dislocar con su inmortalidad el raciocinio humano. Se dice, aunque yo no logro descifrarlos, que hay guiños al respecto en el cuento “El inmortal” de Borges, quien conocía perfectamente esta cuestión de la infinitud de Julio. Es que en realidad esto no es ningún secreto en aquellos círculos en los que se interpreta correctamente todo lo que implica ser un “cronopio”.

Pero lo cierto es que, mientras Julio hace de difunto, hay muchos que visitan su tumba y cuentan curiosas historias al respecto. La mejor, sin duda, es la que nos narró el viernes pasado Leonardo Valencia Assogna, en un café guayaquileño.

Resulta que Don Leo en uno de sus pasos por París visitó el cementerio de Montparnasse, donde yace la célebre tumba. Yo sé que Leonardo fue solo para constatar lo que él bien sabía: si ese nicho es medido, se evidencia que es imposible que Julio esté allí dentro, dada la largura de sus piernas. Sin embargo, de esto nada nos comentó, creo que porque pensó que no estábamos preparados para saberlo. Más bien, como una cortina de humo, nos distrajo con una historia maravillosa, que parecía un relato apócrifo de mi libro preferido de Cortazar: Historias de Cronopios y de Famas.

Nos dijo que encontró el nicho tapizado de papelitos, pues todos los visitantes realizan el ritual de redactarle al menos un mensaje a Julio. Evidentemente, Leonardo se entregó a la tentación de fisgonear aquellos escritos. Y comprobó que se trataba de textos llenos de devoción y melancolía, aclamando al gran maestro. Así siguió Leonardo, hasta desdoblar con mucho cuidado y delicadeza un papelito que parecía cerrado con el mayor esmero y que contenía una escueta frase: “¡Vos qué cuernos hacés leyendo la correspondencia de Julio!”.

Wednesday, August 23, 2006


Escribo este post desde la prisión estadounidense de Guantánamo, en Cuba. Tengo 15 minutos de Internet gracias a una cadena de coimas cuidadosamente eslabonada. Fui detenido en el Aeropuerto Internacional de la palmerezca ciudad de Miami. Me encontraba camino a Guayaquil, finalmente, luego de un año desperdigado entre Barcelona, Las Canarias y Estados Unidos. Le estaba dando a mi esposa su pastillita del mareo antes de abordar, cuando súbitamente se me ocurrió algo y se lo dije: “Para qué tanta paranoia revisando a los pasajeros, ¿no se dan cuenta de que Bin Laden tiene suficiente billete como para comprarse de agache una aerolínea y poner como pilotos a sus panitas kamikases”. En contados instantes se me acercó un man in black y me pidió que lo acompañara. ¿Cómo iba yo a saber que todos los aeropuertos americanos tienen micrófonos ocultos en los asientos de las salas de espera? ¿Cómo carajo iba yo a saber que mi torpe comentario calzaba milimétricamente con la investigación más urgente de la CIA en la actualidad?

Ahora estoy en esta prisión, aborreciendo la canción que siempre amé: “Guajira guantanamera”. Los soldados esperan que revele mis fuentes y he oído que planean torturarme con una dieta a base de hígado y melloco (el consulado americano de Guayaquil debe haberles facilitado la información de que detesto esos mal llamados alimentos). Y lo peor de todo es que si logro escapar, afuera me espera la policía revolucionaria cubana, porque dicen que a Fidel no le ha gustado nadita el post sobre él que apareció en este blog.

Sunday, August 20, 2006



La cuestión del marketing viral

En aquellos días, generar virus informáticos era un negocio hiperbólico (para los fabricantes de software “antivirus”, como Norton). Pero la industria viral llegó a saturarse y se tuvieron que buscar salidas. Se dice que fue entonces cuando el negocio dio el salto hacia los virus reales. Como siempre, el asunto empezó testeándose en los animales. De modo que, por ejemplo, el esparcimiento de la “gripe aviar” significó la triplicación de la cotización en Wallstreet de la única multinacional farmacéutica que tenía previamente patentada la cura para aquella enfermedad.



Al parecer fue a partir de ese gran éxito comercial cuando se empezaron a desarrollar las nociones de lo que posteriormente se denominó “marketing infeccioso”, especialidad que no tardó en ser acogida como asignatura por las más respetadas universidades del globo. Y fueron luego los expertos, ya titulados y peritos en esta especialidad, los que comprendieron que el verdadero negocio estaba en los virus humanos.

Hoy no existe transnacional farmacéutica que se precie de serlo, que no tenga un sofisticado departamento de investigación y desarrollo de enfermedades humanas. Desde el año 2005 hasta hoy se han lanzado a volar más de 3000 nuevos virus y bacterias patógenas. Sin embargo, gracias a un pertinente manejo en la distribución de los antibióticos (si los compras por Internet te llegan a casa el mismo día), los índices de mortalidad humana por esta causa siguen siendo realmente bajos.

Saturday, August 19, 2006



Fidel modelo de ADIDAS

Fidel celebró su cumpleaños número 80 firmando un millonario contrato con ADIDAS, para convertirse en su nuevo modelo publicitario. Muchos saludaron el hecho como el primer acercamiento de Castro hacia el mundo capitalista y otros murmuraron que es una simple jugarreta senil del Comandante para superar al Che en venta de camisetas.

Lo cierto es que los ejecutivos de ADIDAS dijeron en rueda de prensa que, sin querer desmerecer a Castro, lo eligieron por ser un buen ejemplo de persistencia y lucha por ideales aparentemente imposibles. “Nuestra campaña ‘Impossible is nothing’ trata de rescatar este tipo de actitudes”, dijo un ejecutivo de ADIDAS, con un español visiblemente ensayado. Y luego aclaró que no son ciertos los rumores de que David Beckham se ha sentido opacado con la contratación de Castro, ya que con Fidel se apunta a un mercado muy distinto, conformado por los amantes del baseball. “He hablado con David y le he dicho que no tiene de qué preocuparse”, concluyó.



Al finalizar el estupendo acto de presentación, realizado en el famoso Club habanero “Tropicana”, un Fidel quizás demasiado emocionado, procedió a declamar el manifiesto ADIDAS cual si fuese una poesía épica. “Impossible is just a big word thrown around by small men who find it easier to live in the world they’ve been given than to explore the power they have to change it. Impossible is not a fact. It’s an opinion. Impossible is not a declaration. It’s a dare. Impossible is potencial. Imposible is temporary…. Imposible is nothing”. El aplauso se prolongó por algunos minutos. En ciertos blogs incluso se comenta que al día siguiente recibió llamadas de felicitación de la CIA.